El retinol es uno de los activos estrella, tanto por su efecto antiarrugas atestiguado por estudios científicos y considerado un antiarrugas de referencia por la FDA en Estados Unidos, como por sus múltiples beneficios para la piel. Además de su efecto alisante y renovador, también actúa sobre la pérdida de firmeza ligada a la degradación de las fibras de la piel, estimulando la producción de colágeno y elastina.
Te explicamos los distintos tipos de retinol y sus usos, desde los más fuertes y potencialmente irritantes hasta los más suaves y bien tolerados.
[Ácido retinoico o tretinoína]: disponible sólo con receta médica, el Roaccutane está indicado para el tratamiento del acné y suele causar irritación cutánea grave, con descamación y enrojecimiento.
[Retinol]: es la versión más potente disponible sin receta, aproximadamente un 20% más débil que el ácido retinoico. Utilizado para combatir las arrugas y manchas, su dosificación está limitada al 0,3% en cosmética.
[Retinol microencapsulado]: esta forma mejora la estabilidad del retinol y crea un escudo para reducir el riesgo de deshidratación. Se recomienda para el tratamiento de líneas finas y arrugas.
[Derivados del retinol]: como por ejemplo, el Palmitato de Retinol, también conocido como retinilo, es la versión más suave, minimiza el riesgo de irritación cutánea.
Conviene saber
El retinol tiene básicamente los mismos efectos biológicos que el ácido retinoico, pero los efectos secundarios molestos, como la irritación, se reducen porque el retinol se convierte en ácido retinoico directamente en la piel.
El retinol es un potente derivado de la vitamina A esencial en cosmética por su capacidad para prevenir los signos del envejecimiento y tratar imperfecciones cutáneas, promoviendo una renovación celular profunda y efectiva.
Se recomienda aplicar por la noche, ya que de esta forma protege la piel de la descomposición bajo la luz solar, mejorando su resistencia y firmeza.
Con propiedades antiarrugas y revitalizantes, es un ingrediente imprescindible para lograr una piel más suave, firme y radiante, adaptándose a todas las edades y tipos de piel.
¿Quién no sueña con beneficiarse de los efectos únicos del retinol sobre la textura de la piel, la luminosidad del cutis, el alisamiento de las líneas de expresión y las arrugas, la firmeza y la densidad de la piel?
Polivalente, este activo cosmético requiere, sin embargo, algunas precauciones sencillas pero indispensables para garantizar su máximo rendimiento. La regla de base: acostumbra progresivamente tu piel al retinol.
1. Empieza aplicando una pequeña cantidad
Con una dosis baja de retinol, tendrás más posibilidades de que tu piel se acostumbre rápido a él, sin riesgo de irritaciones o descamaciones indeseadas.
2. Encuentra el ritmo adecuado
Al principio, utiliza el retinol una o dos veces por semana, y después gradualmente cada dos noches, observando las reacciones de tu piel y ajustando el número de aplicaciones.
3. Evita las combinaciones incorrectas
No utilices el retinol al mismo tiempo que otros ingredientes queratolíticos potencialmente irritantes, como los ácidos BHA y AHA.
Aunque las nuevas fórmulas a base de retinol se toleran mucho mejor, recuerda observar las reacciones de tu piel. El retinol necesita tiempo para producir sus efectos y tu piel necesita acostumbrarse a este activo tan potente.
Reacciones normales: cierta tirantez, enrojecimiento y ligera descamación. Estas reacciones son pasajeras y desaparecen con el tiempo.
Reacciones más marcadas: sensaciones desagradables de calentamiento de la piel, hormigueo, ligera irritación. La frecuencia de las aplicaciones debe reducirse durante un tiempo.
Reacciones intensas: sensación de quemazón, descamación muy marcada, hormigueo muy desagradable. Te aconsejamos que dejes de utilizar retinol, ya que no es adecuado para tu piel.
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